jueves, 29 de septiembre de 2016



                                                ZARATE

Todo empezó con el estruendo de un timbre y la desintegración de un sueño que amenazaba con filtrarse por los folículos vacíos que le iba dejando una trepidante alopecia. Aferrado con todas las uñas para no despertar… Raaang!, un segundo timbrazo volvió a remecer la habitación. Resignado, bajo la escalera puteándo el olvido de no haber desconectado aquel aparato del infierno. La emoción de haber logrado camuflar los veinte metros de cable mellizo por los filos y hendiduras, guiándolo con éxito hasta el interior de su habitación, quedo en el recuerdo. No imaginó que tratándose del único timbre, lo apretaría cualquier imbécil. ¡Mierda! y mientras cerraba su boca rabiosa trago una bocanada de aire podrido. Si le hubiera hecho caso al vendedor pensó, una melodía de caja musical y no el Raaang! monstruoso proveniente de un aparato con formas más industriales que domésticas, lo despertaría cada mañana. No había terminado de sofocarse cuando al cruzar el marco de fierro de la puerta, golpeo su pie derecho. Fue un golpe seco. Directo a la uña del dedo gordo. Aferrado a la puerta, calculo lo idiota que sería tumbársela a patadas. Rebalsado de ira y con lágrimas en los ojos saludo a su amigo quien con la mansedumbre acostumbrada, lo esperaba ojeando a sus aires la sección de espectáculos de un diario de cincuenta centavos. Por un segundo le pareció que el gris desvaído del Hillman se disolvía en la neblina nauseabunda que a esas horas invadía las calles. Pero despegandola de sus ojos, se dio cuenta que solo se trataba de una legaña.


viernes, 29 de julio de 2016



Usted dicta talleres? Nooo, yo no dicto talleres. Yo no uso técnica, yo aprendí así no mas.

Portadas

                                               


Empiezo con esta portada por que me parece la más fea que he visto. Que pasa con los escritores, tanto trabajo para luego abandonar la obra en manos de un diseñador flojo y desinteresado. Cualquiera puede hacer esta portada con una maquina enchufada al internet. Entiendo que pueda haber mucha excitación al ser publicado en una editorial tan importante como PRH. Pero vamos, tanto apuro solo puede llevarnos a realizar un trabajo mediocre. Entiendo el libro como un todo, una totalidad que empieza desde la portada. Acaso no se han dado cuenta que el libro tiene la forma de puerta. Una puerta que nos invita a descubrir una realidad potenciada y complejizada. La obra empieza desde afuera, tapa y contratapa no están excluidas, vamos, no se trata de salir del paso. Cumplimos y punto. Que distintas la portadas de un escritor que es publicado en España, al menos una fotografía cumple el cometido                                                                                                               

cuando la imaginación del diseñador, no da para más. No quiero imaginarme que se trata de dinero. Pienso que la cosa va de apuro y falta de pasión. Planeta en cambio parece que las piensa un poquitin más. Solo hay que mirar las portadas de Los Nuevos Juguetes de la Guerra Fría, La Conciencia del Limite Ultimo, para darse cuenta que la diferencia existe. Que historia hay detrás de esa imagen? En mis años de librero he visto muchos libros discriminados por su portada, pues parecían indicar que el contenido no podía ser mejor. En algunos casos, sin la recomendación oportuna del librero, hubieran caído en el olvido. Recordando estos asuntos, me viene a la memoria una caratula tan fea, o quizá era Kitsch que se convirtió en un objeto de culto para todos los que trabajábamos en la librería. Cada vez que había ocasión, nos referíamos a ella agregándole nuevos detalles. Cada quien tenia una anécdota con ese libro.  Como la vez en que un tipo vino a preguntar por un libro y nos dimos con la sorpresa que el tipo que salía en la portada vestido de bombero era el mismo autor, el mismo tipo que estaba parado frente a nosotros y en que en pleno invierno, vestía una camisa hawaiana que dejaba al descubierto la pelambrera cana de su pecho. 
Personalmente he desahuciado varios libros por ese motivo. Que pasa con los escritores, por que permiten portadas como esta:
                                                      

Cuando esta novela llego a la librería, le rompí el forro al instante. Tranquilos, hago lo mismo con todas las novedades que me interesan, no hago énfasis por ninguna editorial en particular, me encanto por la obra, el autor, la historia. Deseaba leer sus primeras paginas a pesar de la horrible caratula. Acaso no hay sinapsis entre el buen gusto y la inteligencia. Si yo fuera el autor de este libro, y me pasan esta portada, los mando a volar. Acaso no le mandan al autor varias portadas para que elija la que mas le gusta, o es solo un detalle para los consagrados. El editor que debe ser un capo y debe meter las narices en todos los aspectos del proyecto, tiene que hacer su trabajo y evitar que esto sea publicado. En sus inicios, Estruendomudo renovó con sus portadas y no me equivoco si eso también fue un ingrediente para que ese grupo de autores se volvieran conocidos. Al menos eso me paso cuando leí por primera vez a Luis Hernan Castañeda. Había leído algunas reseñas pero cuando vi la portada de su libro, no lo pensé dos veces. Si ya se, no es lo máximo, pero en este caso y en aquella época era la novedad. 


Ustedes pueden hacerlo mejor si no miren las portadas de PRH Argentina:







viernes, 5 de febrero de 2016



No quiero, ni puedo leer No ficción. Solo con acercarme a sus paginas, siento que uno de mis héroes, dejara de serlo. Prefiero recordarlo por aquellas novelas que me deslumbraron: Año 2011: Con el pago de mis vacaciones en el bolsillo, reviso la góndola de libros, Glamourama de Bret Easton Ellis, dentro de la canastilla. Sigo buscando. Quiero llevarme dos novelas. Se escucha el primer perifoneo de cierre. Escojo una de Javier Arevalo, movido por el miedo de encontrar las cajas cerradas. Antes de llegar a la cola, descubro que tiene una falla de impresión; me regreso a cambiarla. Tinta Roja, en una edición de Punto de Lectura. La quería leer desde hace tiempo y me pregunto, ya feliz rumbo a la salida, por que no fue mi primera opción. No se. Son esas cosas que pasan y no sabes por que.

"Nací con tinta en las venas. Eso, al menos, es lo que me gustaría creer. O lo que algunos entusiastas decían de mí cuando mi nombre aún poseía cierta capacidad de convocatoria. Nunca he tenido muy claro qué fluye exactamente por mis venas (mi ex mujer se ha encargado de esparcir el rumor de que no es más que un suero frío y gelatinoso), pero sí estoy convencido de que la tinta fue un factor decisivo en la construcción de mi personalidad, mi vida y mi carrera".

¡Que arranque! esa energía, permanece vibrante en mi memoria. Con Tinta Roja, A.F. dejaba a sus personajes veinteañeros para entrar al mundo adulto, enfrentando a sus críticos, quienes lo consideraban un escritor de relatos adolescentes. Después de leer Tinta Roja, nunca volví a ser el mismo. (Por cierto Glamourama, se me cayo de las manos. Pero me quito el insomnio y pude dormir de largo  nueve horas seguidas.) Quede modificado por completo. Por eso no quiero, ni puedo leer "No ficción" aunque digan que para criticar hay que leer. Pero es que a mí no me interesa criticar, me interesa un rábano si A.F. es gay. El puede hacer lo que quiera con su vida. Pero no con sus lectores. Me alejo de ella, cada vez que asoma esa jerga chilena tan insoportable. Sera que aun sigue latiendo la herida del Perú - Chile. No. El fútbol me hace llorar pero no da para más. "Para Fernando que también va al cine". Así quedo escrito en mi libro "Las películas de mi vida." Después de hacer cola en una FIL. para que A.F. me lo firmara. (Minutos antes, Ivan Thays se acerco a saludarlo Super Tiza. Alberto en cambio, vestia super sencillo: Un saco de paño marrón, polo negro por dentro, jean gastados y zapatos sport.) Ese libro también queda. Por que Alberto Fuguet sera siempre mi héroe, pero no leeré"No ficción." Paso.
A pesar que lo quiero mucho.

miércoles, 6 de enero de 2016


Sorprendido sonrió nervioso a manera de saludo. El volumen de su cuerpo le preocupo. Tras preguntar y quedarse callado por unos minutos, se hallo responsable por haber estado ausente tantos años. Sin embargo, excitado como en otras ocasiones por la alegría de volver a verlo con todas sus extremidades completas, deseo alimentarlo de manera abundante y sin reparos. En su imaginación, el se inflaba como un dibujo animado, hasta convertirse en un robusto bebe. Repaso los minutos que habían transcurrido desde que entro a la pastelería, por si había en sus formas algo turbio o mal intencionado que lo ponga al descubierto. No encontró nada, ademas de su imagen reflejada en los vidrios de la puerta, algo subida de peso para sus ambiciones. "Cuarenta y dos años recién cumplidos, decía, quien puede darse el lujo de tener una barriga tan plana." Habían varios, claro que si, que tenían una barriga verdaderamente plana y musculosa, pero en la frecuencia de la vida en que se encontraba, el era un campeón, Oh! Si!, un campeón a su manera. Snif, snif, huele a cigarro. Julio fumaba con abusiva confianza, no le importaba o no recordaba, _le daba igual_ los consejos dados por este hombre a quien en otro abuso de confianza, llamo "Viejo". Ese detalle debió advertirle que ya no era su muchachito. Disimulo su fastidio enseñándole el paquete que contenía las dos empanadas, una de carne y otra de pollo. Así cruzaron la calle: mirándose  de reojo para sincronizar sus afectos. Al rato, cuando el primer cigarro se apago, volvió a sacar su cajetilla del bolsillo del pantalón; era una cajetilla de seis unidades. Bueno la cosa no estaba tan mal, pensó. Odiaba el humo del cigarro, era insoportable. Hacia varios años que ya no fumaba. Cuando tenia la oportunidad de hablar sobre aquella época, la velocidad de su locución disminuía; su voz adquiría un tono pausado al explicar sin tartamudeo alguno, que lo había dejado sin ayuda. Que simplemente un día se fumo el ultimo cigarro y eso fue todo. Pensaba que su experiencia podía ayudar a los demás. Pero en el círculo de relaciones en que se encontraba, a nadie le interesaba escuchar lo que tenia que decir. Continuaron caminando. El plan era buscar un lugar donde pudieran sentarse a seguir conversando.